Declaran “guerra santa” en México
- Cecilia Barría
- BBC Mundo, México

Los seguidores de la Santa Muerte acusan a las autoridades de "persecución religiosa".
"Creo en la Santa Muerte y no soy narco", decía una de las pancartas de los manifestantes que protestaron este domingo en el Zócalo de Ciudad de México contra las autoridades políticas y eclesiásticas por lo que califican como una "persecución religiosa" contra el culto que profesan.
"Estamos protestando para que respeten nuestros santuarios. El gobierno piensa que somos narcotraficantes, delincuentes o una secta, y eso no es verdad", le dijo a BBC Mundo Roberto Sánchez, el devoto que llevaba la pancarta.
Mientras la catedral católica estaba llena de fieles con sus ramos bendecidos para marcar el inicio de la Semana Santa, en las afueras del templo unos 200 seguidores del culto a la Santa Muerte se manifestaban cargando imágenes de la calavera.
En conversación con BBC Mundo, el líder de la agrupación, David Romo, denunció que al menos 36 de sus altares han sido destruidos en ciudades fronterizas como Nuevo Laredo y Tijuana.
"Estamos lanzando una guerra santa contra las autoridades, que están destruyendo nuestros altares. Vamos a presentar demandas millonarias contra los responsables y acudiremos a los organismos internacionales para que se respeten nuestros derechos humanos", dijo Romo.
Destrucción de altares
A fines de marzo, autoridades federales y municipales de Nuevo Laredo, apoyadas por el ejército, destruyeron las capillas dedicadas a la Santa Muerte en el kilómetro 22 de la carretera a Monterrey.
Al parecer, la decisión habría sido motivada por quejas de vecinos que consideraban los altares como "una mala imagen" para la ciudad.
Sin embargo, las autoridades no han dado una versión oficial respecto a las razones que provocaron la destrucción de las figuras.
BBC Mundo conversó con el sacerdote Hugo Valdemar, portavoz de la Iglesia Católica en Ciudad de México, pero éste declinó referirse a la cuestión, argumentando que su institución no va a responder a las críticas de los seguidores de la Santa Muerte.
"No es un tema de nuestra competencia", dijo Valdemar.
"No somos mafiosos"
El culto a la Santa Muerte o la Niña Blanca, como también le llaman sus devotos, ha sido comúnmente asociado a la criminalidad.
Sus seguidores aseguran ser estigmatizados por la sociedad mexicana, al considerar que se trata de un culto en el que sólo participan asesinos, narcotraficantes, prostitutas y todos aquellos que no han encontrado un espacio en la Iglesia Católica.
El culto a la Santa Muerte ha sido vinculado con la criminalidad.
"Aquí hay todo tipo de personas. Lo único que queremos es que se respete la libertad de culto", dijo Graciela Huerta.
José Silva, un travesti que es ferviente devoto de la Virgen de Guadalupe y de la Santa Muerte, aseguró que no se trata de un culto satánico.
"No somos mafiosos, somos personas de la casa. A mí la Santa me ha hecho milagros y ha protegido a mi familia".
¿Sicarios o dueñas de casa?
Sin embargo, la imagen de la Santa Muerte ha sido encontrada entre las pertenencias de capos de los carteles de la droga como Osiel Cárdenas o el "Mochaorejas".
Algunos de los expertos que han estudiado el tema dicen que entre los devotos hay amas de casa y estudiantes, pero también sicarios y hasta policías corruptos.
Pero más allá de la discusión sobre si la Santa Muerte promueve la "narcoviolencia", lo que a muchos les preocupa es el debate sobre la libertad de culto garantizada en la Constitución.
El tema está siendo analizado por la Subsecretaría de Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación.