La vergüenza y la maldición de Bolivia

  • Mery Vaca
  • Bolivia

Bolivia tiene un avión presidencial, el FAB 001, que, por ser pequeño y carecer de autonomía de vuelo, se ha convertido en un dolor de cabeza e, incluso, en una vergüenza para algunos mandatarios que gobernaron Bolivia en los últimos años.

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El FAB 001 es pequeño y carece de autonomía de vuelo. (Foto: gentileza diario La Razón).

Cada vez que Bolivia estuvo a punto de obtener un avión presidencial acorde a las necesidades de un jefe de Estado, las operaciones fueron frustradas.

El último que intentó comprar un avión fue el actual mandatario Evo Morales.

Sin embargo, tuvo que desistir de su intención porque necesita el dinero para financiar el nuevo registro ciudadano para las elecciones de diciembre. Sólo de esa manera convenció a la oposición para que aprobara la convocatoria a los comicios.

Alquiler polémico

El ex presidente Hugo Banzer, durante su segundo mandato (1993-1997) también puso todo su empeño para dotarse de una aeronave, pero la compra derivó en un presunto acto de corrupción que llevó a la cárcel a quien fuera su ministro de Defensa, Fernando Kieffer. El ex mandatario cumplió su sueño, compró un avión Beechcraft, pero éste sufrió un accidente y quedó inutilizado.

El gobierno de entonces justificó la compra por excepción indicando que el avión estaría destinado a labores de emergencia; sin embargo, la nave tenía las características de un avión presidencial. Incluso, antes de concretar la compra, Banzer estuvo a punto de ser beneficiario de un regalo del entonces presidente argentino Carlos Menem quien, de no haber sido por la oposición de su país, habría donado uno de los aviones de la flota presidencial a su amigo y homólogo boliviano.

El ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada (2002-2003) tampoco estuvo conforme con el avión presidencial porque lo consideraba inseguro. Sin embargo, no intentó comprar uno nuevo, sino que optó por alquilarle al Estado su propio avión, lo que levantó una enorme polémica sobre la ética de la operación.

Era una aeronave de la Compañía Minera del Sur (Comsur), cuyo principal accionista era Sánchez de Lozada.

La vergüenza de Morales

El FAB 001 volvió a hacer noticia en la última crisis política, cuando Morales confesó tener "mucha vergüenza de prestarme un avión de Brasil, Argentina y especialmente de Venezuela para viajar al exterior".

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El avión fue comprado hace 30 años y tiene capacidad para cinco o seis personas. (Foto: gentileza diario La Razón).

El portavoz presidencial, Iván Canelas, cuenta a BBC Mundo que el avión fue comprado hace 30 años, que tiene capacidad para cinco o seis personas y que no está habilitado para viajar distancias largas. Incluso, dice, cuando se viaja a niveles más altos, la cantidad de pasajeros debe disminuir por seguridad.

Canelas confiesa que el gobierno está preocupado por la seguridad del presidente puesto que "la utilidad (del avión presidencial) está llegando al límite".

Para viajes largos, Morales utiliza aviones de Argentina, Brasil y, sobre todo de Venezuela, que también le provee de helicópteros y pilotos para sus vuelos dentro del país.

Helicópteros estrellados

Aunque estos vuelos en helicóptero marcaron dos páginas negras en la historia reciente, cuando dos de ellos cayeron y estremecieron al entorno presidencial.

En julio de 2008, se estrelló el helicóptero Superpuma que habitualmente era usado por Morales. Murieron los cinco miembros de la tripulación, conformada por cuatro militares venezolanos y un boliviano.

Fue el accidente más dramático. Canelas cuenta que la gente llamaba por teléfono llorando desde la madrugada porque creía que el mandatario había muerto.

"Le decían: 'el presidente se ha muerto en el helicóptero', y él les decía 'no, soy el presidente' y la gente insistía con que se ha muerto y lloraba en el teléfono", relata Canelas. En aquella ocasión, el gobierno adelantó las emisiones de las radios del estado y las comunitarias para informar que Evo Morales estaba vivo.

Justo un año antes, en julio de 2007, cayó otro helicóptero, un Alouette donado por Venezuela y operado por la Fuerza Aérea Boliviana (FAB). En este hecho murieron cuatro militares, de los cuales uno era un piloto presidencial venezolano. Morales no llegó a volar en este helicóptero, pero el aparato estaba en pruebas para ponerse a disposición de los viajes gubernamentales. El ex presidente Carlos Mesa (2003-2005) tampoco estuvo libre de los apuros provocados por el pequeño avión presidencial. En enero de 2004, la aeronave tuvo que aterrizar de emergencia en Panamá, porque uno de los vidrios de la cabina de mando sufrió una rajadura y Mesa debió regresar a La Paz en un avión panameño.