Funes toma las riendas en El Salvador
- Eric Lemus
- San Salvador

Mauricio Funes comenzó su gestión con una aprobación popular del 81%.
El ex periodista y líder Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN), Mauricio Funes, asumió este lunes como presidente de El Salvador.
En una ceremonia a la que asistieron varios jefes de Estado de la región y representantes de decenas de países del mundo, Funes tomó juramento como presidente tras vencer las elecciones del pasado 15 de marzo.
El acto, que estuvo presidido por la Asamblea Legislativa, fue catalogado como una jornada histórica sin precedentes en la historia democrática de este país centroamericano desde la firma de los acuerdos de paz, en 1992, cuando acabó la guerra civil salvadoreña.
Con la investidura de Funes se cumple un sueño de la izquierda salvadoreña que comenzó en 1932, cuando el gobierno militar de turno aplastó a un incipiente movimiento estudiantil y campesino.
A lo largo de estos 77 años, el más pequeño de los países de Centroamérica atravesó sucesivos gobiernos militares, una guerra civil que cobró la vida de miles de personas y dos décadas bajo la administración del partido conservador, la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA).
Sin embargo, Funes -quien cuenta con un índice de aprobación popular del 81% según la casa encuestadora CID-Gallup- hereda un país en recesión y con una economía en crisis.
La fórmula
Mauricio Funes pasó a la historia no sólo como el primer presidente de izquierdas del país, sino también como el primer candidato ajeno a las filas del FMLN.
El Salvador sufrió una guerra civil a lo largo de 12 años, que finalizó mediante la firma de un acuerdo de paz entre el ex presidente Alfredo Cristiani, del partido ARENA, y la dirigencia del FMLN en 1992. Desde 1994, el Frente había intentado sin éxito llegar al poder.
Funes, de 49 años, fue un periodista televisivo que consolidó su imagen en los años ochenta tras abrir espacios a las organizaciones sociales y la oposición política, cuando aquello estaba vedado tradicionalmente.
A lo largo de su carrera, enfrentó cuatro gobiernos de ARENA, que resintieron sus críticas por casos de corrupción y en noviembre de 2007, tras el cierre de su último espacio de opinión, aceptó la candidatura que ahora lo llevó a la presidencia.
El escenario
El nuevo mandatario salvadoreño deberá afrontar graves problemas como la pobreza y el subdesarrollo estructural, la aguda violencia social y el impacto negativo de la crisis económica y financiera global.
Durante la presentación de su gabinete económico, Funes explicó que recibe un país en problemas y con un gobierno desfinanciado.
El déficit fiscal del país suma alrededor de US$1.200 millones, casi el doble de lo previsto por el gobierno saliente de Antonio Saca.
El ya presidente anunció que su gobierno tomará "el camino de la austeridad y de la racionalidad en el gasto público" y anticipó que realizará recortes en el presupuesto pero sin tocar el gasto social.
"Vamos a heredar un gobierno desfinanciado y sin los recursos suficientes para alcanzar nuestras metas", advirtió el mandatario, que acusó desavenencias entre la rendición de cuentas brindada por el gobernante saliente, Antonio Saca, con información más halagüeña sobre la economía salvadoreña.
"En el camino nos hemos ido dando cuenta que no recibimos al país tan bien como nos dijeron", afirmó el presidente.
El horizonte
El economista Alexander Segovia, designado Secretario Técnico de la Presidencia y mano derecha de Funes en materia económica, advirtió que el país ha perdido 40.000 empleos desde octubre del año pasado en el sector formal y sufre una caída en el nivel de exportaciones, debido a la crisis global.
En El Salvador, el 40% de la población de un total de 5,7 millones de habitantes son oficialmente pobres, mientras que 1,2 millones sobreviven de la economía informal.
Según previsiones de organismos multilaterales, la economía nacional terminará el año fiscal con un déficit del 5.4% del Producto Interno Bruto (PIB), un indicador muy por encima del proyectado por el gobierno saliente, que era del 3.1% del PIB.
"Por cada punto que se baja en el PIB, la pobreza crece un 1.3%", dijo Segovia.
En los últimos cuatro meses, los hospitales públicos sufren de desabastecimiento de medicinas por la falta de pago a las farmacéuticas. Las gasolineras nacionales han denunciado a la Policía Nacional Civil por la falta de pago por provisión de combustible y algunos proyectos de infraestructura vial han sido paralizados por deudas con los constructores.
"Hemos llegado a un problema de iliquidez y eso hay que resolverlo. Si se deja profundizar, puede llevar a la parálisis del Estado", dijo a BBC Mundo el nuevo funcionario.
Creatividad
Aguilar considera que el nuevo gobierno tendrá que mostrar soluciones creativas.
Aunque Funes anticipa que algunas medidas que prometió durante la campaña electoral ya no son aplicables ante el panorama actual, insiste en que cuenta con un plan para afrontar la crisis que dará a conocer cuando asuma el poder.
Los planes insignia de la plataforma electoral de Funes fueron el programa "Fábrica de Empleos", con el cual crearía 26 mil plazas de trabajo a corto plazo; el programa "Ciudad Mujer", con microcréditos y asistencia técnica para la población femenina; y la inversión de US$800 millones anuales en proyectos de vivienda y de infraestructura vial en el interior del país.
"Siempre dije que buscaría soluciones con creatividad", dice Funes al referirse a los acercamientos que ha tenido con Venezuela y Brasil, cuyos gobiernos han ofrecido vías de financiamiento a cambio de producción agrícola y de participación de empresas nacionales, respectivamente.
"Tienen que ser muy creativos sobre todo a la luz de un escenario político donde no tienen el control de las decisiones en la Asamblea Legislativa que es donde se toman muchas de las decisiones en términos presupuestarios", dijo a BBC Mundo Jeannette Aguilar, directora del Instituto Universitario de Opinión Pública (IUDOP).
De hecho, la derecha logró cohesionarse en el Congreso, por lo que los desafíos para la izquierda gobernante comenzarán desde el primer día de mandato.