"Una presidencia de papel"
- Redacción
- BBC Mundo

Bajo presión internacional.
Si algo va a dejar el golpe de Estado en Honduras es una institución presidencial sin margen de maniobra más que para terminar los cinco meses de mandato que aún restan antes de las elecciones, sea quien sea su titular.
De acuerdo con el analista político guatemalteco Martín Rodríguez Pellecer, lo que ha hecho el golpe es dejar sin futuro tanto al designado Roberto Micheletti como al depuesto Manuel Zelaya.
Para Michelleti, afirma el analista de paz y seguridad de la Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior, la presión internacional y, sobre todo, económica y comercial, podría acabar minando el respaldo que tiene entre la élite empresarial hondureña.
Si Zelaya regresa, sólo volvería a una presidencia de trámite, sin mayor espacio, señaló el experto en entrevista con BBC Mundo.
"A diferencia de otros casos de los 80, el gobierno golpista de Micheletti no tiene un sólo aliado en el mundo que lo respalde o financie. La pregunta hoy es cuánto va a durar".
Intereses empresariales en riesgo
Según Rodríguez Pellecer, el único espacio de maniobra de Micheletti es "el consenso casi completo de las fuerzas políticas hondureñas de que debe continuar en el poder".
"Tiene el apoyo de las instituciones políticas, de los medios de comunicación, de la élite económica, tiene, de momento, el apoyo del ejército.
"Lo que falta ver es hasta cuándo va a tener ese apoyo, sobre todo el militar y el empresarial, con la presión internacional encima".
Como el segundo país más pobre de América Latina, y con un Estado débil, el aislamiento podría ser devastador para la población y para el mismo gobierno, señala el investigador.
"Lo que han conseguido los militares y políticos hondureños con este golpe es evitar que cualquier persona, sea Zelaya o sea Micheletti, pueda gobernar el país los próximos cinco meses", señaló.
La de Zelaya, dijo, sería una presidencia formal, sólo para administrar el fin del mandato por el que fue electo.
El experto es tajante al señalar que todos los planes de Zelaya de reformar la Constitución no tienen ya ningún futuro.
"En absoluto, el presidente Zelaya no podría ya hacer ninguna reforma, y mucho menos una reforma constitucional. El único espacio que le quedaría sería terminar su mandato".