Armstrong, una incógnita en el Tour

Las miradas están puestas en este estadounidense, de 37 años, que supo cosechar siete títulos en Francia.
Tras haber regresado a las carreteras después de un retiro de tres años y medio, el ciclista Lance Armstrong se apresta a dar una nueva batalla en el Tour de Francia que comienza este sábado.
En su edición número 96, el Tour de Francia trata de dejar atrás la sombra del dopaje y devolver al ciclismo el halo de romanticismo de los viejos tiempos, el sudor sobre el asfalto que los aficionados anhelan.
El retorno de Armstrong, siete veces ganador de la ronda gala y una de las leyendas vivas de este deporte, es sin duda una de las grandes atracciones. Y de las grandes incógnitas.
Hasta ahora, su regreso a las rutas después tres años de retiro siembra más dudas que esperanzas.
Temporada modesta
En su palmarés de 2009, únicamente figura una victoria en una carrera de envergadura nacional, la Nevada City Classic, y una modesta posición 77 en la clasificación de la Unión Ciclista Internacional (UCI).
Sin embargo, la décimo segunda plaza obtenida en el Giro de Italia sólo dos meses y medio después de una fractura de clavícula y su actitud luchadora dejaron entrever en el Amstrong actual, de 37 años, destellos del corredor ambicioso e incansable de otros tiempos.
Pero la historia personal de Armstrong trasciende lo meramente deportivo.
Después de superar un cáncer de testículos, que a punto estuvo de apartarlo para siempre del asfalto, el ciclista de Texas supo cosechar siete títulos del Tour de Francia.
Los favoritos
Este año, el principal rival lo tiene dentro de casa, en su propio equipo: el español Alberto Contador, máximo favorito del pelotón y jefe de filas del equipo Astana, que ya ganó el Tour en 2007.
"Tenemos que ser cuidadosos en el equipo, mantener la moral del equipo, estar concentrados y unidos en la carrera. Es importante que estemos centrados en ser profesionales y ser compañeros", comentó Lance Armstrong a propósito de su supuesta rivalidad con Contador en declaraciones citadas por el diario deportivo español Marca.
Entre los demás favoritos, quizá los que llegan en mejor forma a la carrera francesa sean el español Carlos Sastre, ganador del Tour de 2008, y el ruso Denis Menchov, vencedor del último Giro de Italia.
Otros nombres que podrían dar que hablar son los hermanos luxemburgueses Schleck, especialmente Andy, y el australiano Cadel Evans.
La sombra del dopaje
Pero, como en las últimas ediciones, existen temores de que la sombra del dopaje pueda eclipsar el espectáculo deportivo.
Para evitarlo, la Agencia Francesa contra el Dopaje mantendrá controles exhaustivos de la mano de la UCI.
El pasado jueves, todos los participantes pasaron un control sanguíneo. Los datos obtenidos se añadirán al denominado "pasaporte biológico", un perfil médico de cada ciclista que se empezó a elaborar hace un año, con el que la UCI pretende poner freno al dopaje.
Pero además de los análisis rutinarios, 50 corredores serán sometidos a pruebas más rigurosas.
Entre esos "controlados especiales" se encuentra Lance Armstrong, sobre el que la duda del dopaje planeó en diversas ocasiones, sin que nunca se llegara a probar nada.
"Lance Armstrong contará con una especial vigilancia", comentó Roselyne Bachelot, ministra francesa de Sanidad.
"No me preocupa, fue así en los últimos diez años. No tengo nada que esconder", apuntó el estadounidense en su página web.
Un trazado clásico
Desde un punto de vista estrictamente deportivo, el Tour de 2009 promete se una carrera vibrante.
El sábado a las 16 horas, hora francesa, dará comienzo en Mónaco la etapa prólogo, una contrarreloj de 15 kilómetros.
Ante el pelotón, 21 etapas y 3.459 kilómetros.
Un trazado que quiere recordar a los años clásicos de la carrera: menos contrarreloj y más montaña.
Y justo antes del final, la víspera de la llegada los Campos Elíseos, la ascensión a una de las cimas míticas, el Mont Ventoux.
"Esto mantendrá el suspenso hasta el final del final del final", aseguró Christian Prudhomme, director del Tour de Francia, en declaraciones recogidas por el diario Le Monde.