Chile debate píldora del día después

  • Valeria Perasso
  • BBC Mundo, Cono Sur
Foto genérica de una píldora.
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El Tribunal Constitucional había declarado ilegal su entrega en la Sanidad estatal.

"Gobierno inmoral, tu pastilla es criminal", gritaba un grupo de mujeres. "Nosotras parimos, nosotras decidimos", respondía otro. Los acalorados cruces en las calles de Valparaíso, frente al edificio del Congreso, reflejaron las posturas encontradas de la sociedad chilena ante la llamada "píldora del día después".

Puertas adentro, en un debate igualmente encendido, los diputados chilenos dieron el visto bueno a un proyecto de ley sobre este anticonceptivo de emergencia.

Por 73 votos a 34, la cámara baja aprobó una norma que, entre otras cuestiones, permitirá la distribución de la píldora en los servicios de salud públicos del país. Ahora espera el visto bueno del Senado.

La iniciativa legal había sido enviada desde el Poder Ejecutivo, promovida por la misma presidenta, Michelle Bachelet, después de que el Tribunal Constitucional chileno decretara ilegal la entrega de este fármaco en el sistema sanitario estatal.

"Yo he visto que hay partidos políticos que han dado libertad de conciencia a sus parlamentarios para votar... Las que tiene que tener libertad de conciencia son las mujeres, para que en sus propias alternativas vean qué es lo mejor", declaró la mandataria, quien consideró que es obligación del Estado de facilitar el acceso a "métodos anticonceptivos tanto hormonales como no hormonales" a quienes los requieran.

Del hospital a la farmacia

La primera sanción de la ley marca un avance en una larga polémica sobre el uso de la píldora en Chile, en la que intervinieron partidos políticos, sectores de la sociedad civil y varios organismos judiciales.

El anticonceptivo de emergencia se consigue hoy en las farmacias chilenas bajo prescripción médica y a un costo de unos US$15.

Su entrega gratuita en salas de salud y hospitales públicos fue suspendida después de que un tribunal decidiera, en abril de 2008, que existía una "duda razonable" sobre su posible carácter abortivo, en un país en el que el aborto es considerado ilegal.

Sin embargo, un resquicio en las leyes chilenas permitió que el Estado siguiera distribuyendo el fármaco a través de los municipios, hasta que la práctica fue prohibida por la Contraloría, hace unas semanas.

Así, la mandataria Bachelet - médica de profesión-, decidió promover legislación en la materia, argumentando que la venta del medicamento vulnera el derecho de las mujeres más pobres a acceder a métodos de control de la natalidad, y no hace más que aumentar la inequidad social.

La llamada "Ley sobre Información, Orientación y Prestaciones en Materia de Regulación de la Fertilidad" tiene sólo tres artículos, que proponen dar información y orientación médica sobre cualquier método de regulación de la fertilidad, según la preferencia del paciente, lo que abarca el uso de los llamados anticonceptivos de emergencia.

Discusión acalorada

La aprobación del proyecto en la Cámara de Diputados fue precedida por un intenso intercambio de ideas, que en ocasiones debió ser interrumpido para restablecer el orden en las bancadas.

Las objeciones al reparto público de la píldora provinieron, en su mayoría, de los sectores de la oposición, de tendencia conservadora, mientras que la oficialista Concertación votó en bloque a favor de la ley, con la excepción del diputado Jorge Sabag, de la Democracia Cristiana.

Mientras que unos celebraron el resultado de la sesión con pancartas y banderas, los que rechazaban el proyecto exhibieron ecografías, como signo de reclamo del "derecho a la vida" de los fetos.

"Esto es un avance en varios aspectos: es un proyecto que habla de la regulación de la fertilidad humana como un todo, y abarca desde el acceso a la información hasta las políticas concretas sobre los fármacos para regular esa fertilidad", declaró a BBC Mundo el diputado Juan Lobos, de la Unión Demócrata Independiente (UDI).

Según la representante del Partido por la Democracia, María Antonieta Saa, la ley esboza la defensa de unas 760.000 adolescentes sexualmente activas en Chile: "Todos quisiéramos que la vida sexual de los jóvenes empezara a los 18 años, pero no podemos tapar el sol con un dedo", argumentó la legisladora.

Píldora "abortiva"

En tanto, el diputado José Antonio Kast se opuso al proyecto porque, según expresó, "los embarazos aumentan y los abortos aumentan" con el acceso a la píldora entre los adolescentes, en una intervención vitoreada por integrantes de los llamados "grupos pro vida".

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Grupos feministas protestaron para exigir la distribución de la píldora.

"Voté en contra porque este proyecto no menciona que existe una 'duda razonable' sobre el posible efecto abortivo de este fármaco, y porque las políticas públicas de este país no han sido hechas para disminuir embarazos adolescentes, sino que lo único que hacen es distribuir todo tipo de métodos mientras los embarazos siguen aumentando", alertó el diputado Jorge Sabag, en conversación con BBC Mundo tras la sesión parlamentaria.

Las estadísticas de natalidad del Instituto Nacional de Estadísticas señalan que las mujeres entre 15 y 19 años lideraron los alumbramientos en Chile en los últimos años.

Para Sabag, las experiencias de otros países indicarían que la distribución gratuita de la píldora de emergencia no ayudará a revertir esta tendencia.

"Hacen falta políticas integrales y más serias, basadas en una educación sexual en los colegios que se funde en la afectividad y no sólo en la genitalidad", opinó el diputado.

En tanto, la norma sobre control de la fertilidad seguirá su rumbo legislativo.

En la cámara alta, se espera que se incorpore al texto original una cláusula que obligará a contar con el consentimiento de los padres para entregar el fármaco a menores de 18 años, tal como exigió la Alianza por Chile para dar el voto favorable de su bloque de diputados en el debate del miércoles.