Victoria, medalla, verano... la Regla 40 y las palabras que no se pueden decir "sin permiso" durante las Olimpiadas de Río 2016
- Redacción
- BBC Mundo

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Río y 2016, por separado, son dos de los "términos olímpicos" con un uso comercial restringido.
Desde este jueves los atletas que participan en las Olimpiadas de Río deben romper todo vínculo con las marcas y empresas que no sean patrocinadores oficiales de los juegos, o enfrentar sanciones.
Y la medida, vigente hasta el 24 de agosto, también reserva para los patrocinadores oficiales el uso de varios "términos olímpicos".
Eso significa que atletas y compañías deben de tener mucho cuidado en la forma en cómo usan en público palabras como"victoria", "esfuerzo", "verano"y "Río".
Y, dependiendo del contexto, la lista de términos y expresiones "prohibidas" también incluye "2016", "oro", "plata", "bronce"y "medalla", entre otras.
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El principal objetivo de la regla 40 es proteger la inversión de los patrocinadores oficiales.
Además, las marcas que no sean patrocinadores oficiales de los juegos o los equipos olímpicos deberán incluso abstenerse de retuitear a los deportistas.
Tampoco pueden enviarles mensajes felicitándolos o deseándoles suerte si los mismos utilizan "términos olímpicos".
La regla 40
Las restricciones están incluidas dentro de regla 40 de la Carta Olímpica, que busca evitar el llamado "marketing de emboscada" y proteger así la inversión de los sponsors olímpicos.
"Preservar fuentes de financiamiento" es, de hecho, una de las tres justificaciones dadas por el Comité Olímpico Internacional (COI) para las restricciones.
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Hasta los narcotraficantes locales hacen marketing con los Juegos Olímpicos.
"Preservar la naturaleza única de los Juegos Olímpicos previniendo su excesiva comercialización" y "permitir que el foco (de los juegos) siga siendo el desempeño de los atletas" son las otras.
La regla 40, sin embargo, ha sido denunciada por algunos atletas como injusta con sus patrocinadores personales y hasta contraria a la libertad de expresión.
"La #Regla40 es dura para mí. No voy a ser capaz de presumir acerca del apoyo que le he dado a @des_linden durante la última década. Pero la importante es ella, no yo", escribió, por ejemplo, la tienda de artículos deportivos @Hansonrun sobre la maratonista estadounidense Desirée Linden.
Y Kelly Sotherton, bronce en heptatlón durante las Olimpiadas de Atenas 2004, la presentó como ejemplo de un mayor interés del COI en proteger sus intereses comerciales que combatir el dopaje.
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Los propios atletas y sus equipos deben velar por el cumplimiento de la regla 40.
"Si tu patrocinador te desea buena suerte durante el período Olímpico te pueden expulsar, pero ¿y los que hacen trampa?", escribió en Twitter la exatleta británica.
Excepciones
La expulsión de los juegos o la pérdida de las medallas ganadas son, efectivamente, posibles castigos para los atletas infractores.
Aunque lo más probable es que aquellos que violen la regla 40 en Río nada más sean víctima de un regaño.
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Los anillos olímpicos también están protegidos.
Y muchos atletas también aprovecharon las horas previas a la entrada en vigor de la regla para darle algo de visibilidad a sus patrocinadores personales.
El COI, por su parte, también suavizó las reglas para permitirles a los atletas seguir figurando en las campañas de marcas no asociadas con los juegos, aunque con ciertas condiciones.
Por ejemplo, dichas campañas deben haber estado funcionando de manera continua desde al menos cuatro meses antes del inicio de los juegos.
Y las mismas tampoco pueden usar logos o imágenes vinculadas al evento ni tampoco palabras como "resultado", "reto", "juegos", "podio"o cualquier derivación de olimpiada y olímpico, además del lema "Citus, altius, fortius" o su traducción (en español "Más rápido, más alto, más fuerte").
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La regla estará en vigencia hasta tres días después de finalizados los juegos.
Eso, sin embargo, seguramente sólo agudizará la creatividad de las marcas interesadas en aprovechar la atención generada por el encuentro deportivo.
De hecho, tal vez el COI debería considerar incluir la brutal competencia por publicidad en la lista de posibles nuevos deportes olímpicos.