Cuba, en plan de ahorro
- Fernando Ravsberg
- BBC Mundo, La Habana

La mitad del petróleo que se utiliza en Cuba para la generación eléctrica se extrae en el país.
El ahorro de combustible está entre las prioridades del gobierno cubano para enfrentar la crisis económica mundial, que ya se siente en Cuba con la caída de los precios del níquel y el descenso de los ingresos por turismo y las remesas familiares.
El Ministro de Economía, Manuel Murillo, fue tajante al declarar: "Nuestro país no puede gastar más combustible que el planificado en la generación eléctrica". Se refería a que en los primeros cuatro meses del año se quemaron 40.000 toneladas extras.
Las autoridades habrían elaboraron ya un plan de ahorro que se iniciará con el control y reducción del gasto en las entidades y empresas estatales.
A pesar de que aun no es pública, la resolución ministerial ya está circulando en Cuba.
El plan se pondría en marcha el 1 de junio y abarcaría todo el país. Si con todas estas medidas aun no se logra reducir el gasto de electricidad se procedería a la aplicación de cortes planificados de luz, es decir que pueden regresar los apagones.
"Ahorro o muerte"
Las autoridades han dicho que el exceso de consumo eléctrico podría provocar un gasto extra al país de casi US$100 millones.
La prensa oficial lleva un mes llamando a la población a reducir el consumo y el periódico Granma acuñó la consigna de "¡Ahorro o Muerte!".

Millones de equipos electrodomésticos de bajo consumo fueron vendidos a la población.
El plan que el gobierno podría poner en marcha regula el uso de los aires acondicionados en las empresas estatales, reduce la iluminación en los centros comerciales, organiza vacaciones masivas en el verano e incrementa el cambio de equipos gastadores como bombas de agua y refrigeradores.
También se organizarán inspecciones en las viviendas para detectar el fraude en los contadores eléctricos, algo bastante común desde que el gobierno subió los precios de la electricidad como parte del proyecto de la "Revolución Energética".
El salto en el consumo se ha producido en todo el país pero las provincias que más gastan son Matanzas, La Habana y la capital, Ciudad de La Habana. La actual generación eléctrica en la isla cuesta alrededor de US$2.600.000 diarios.
El apagón
Si a pesar de todas estas medidas no se logra reducir el consumo, la resolución estipula que se realicen cortes eléctricos planificados a lo largo de todo el país, algo que afectaría a la población en medio del caluroso verano tropical.

El sector del turismo es uno de los que está sintiendo la crisis.
De todas formas, en el documento mencionado se aclara que estos no se producirán dentro de "los horarios de cocción de alimentos, ni en las madrugadas para permitir en el verano el normal descanso de la población''.
Esto es clave dado que en gran parte del país se cambiaron los balones de gas por hornallas y ollas eléctricas por lo que la población no puede cocinar si hay apagones, lo cual preocupaba a muchos cubanos, en particular a las amas de casa.
El gobierno vendió millones de equipos -cocinas, refrigeradores, aires acondicionados, ollas eléctricas y televisores- todos ellos de bajo consumo- pero que en conjunto podrían ser una de las causa del exceso de gasto eléctrico.
Con petróleo pero sin dinero
Para la generación eléctrica Cuba se abastece de producción propias e importaciones de petróleo, consumiendo alrededor de 200.000 barriles diarios, la mayor parte de los cuales se pagan por convenios o a precios reducidos.
El petróleo que se extrae en la isla en sociedad con empresas extranjeras es comprado por el gobierno cubano a mitad de precio, dado que Cuba es propietaria del 50% de la compañía. Aunque se trata de crudo pesado, se utiliza en las centrales eléctricas.
Casi 100.000 barriles diarios llegan desde Venezuela con un sistema crediticio preferencial y pagado en parte por la actividad de 30.000 cooperantes cubanos -la mayor parte médicos- que trabajan en los proyectos sociales del Presidente Hugo Chávez.
La situación podría no parecer demasiado grave, a no ser que se combine con una enorme escasez de divisas provocada por los efectos de la crisis económica mundial en Cuba, sobre todo en lo que toca al turismo, níquel y remesas familiares.