A la sombra de los paraísos fiscales

  • Marcelo Justo
  • BBC Mundo
Juan Hernández Vigueras
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Hernández Vigueras: el G20 está salvando a los paraísos fiscales

Uno de los titulares más rimbombantes de la cumbre del G-20 en abril fue el que hablaba del fin de los paraísos fiscales y el "secreto bancario".

En aquel momento los líderes del G-20 no dudaron en criticar duramente el papel cumplido por la llamada "banca en la sombra" en la crisis, al tiempo que anunciaban que habían acabado con el problema.

En su libro "Al rescate de los paraísos fiscales", el economista e investigador español Juan Hernández Vigueras califica a esta cumbre de "cortina de humo" para proteger el sistema financiero fiscal desregulado.

Miembro de Tax Justice Network, autor de "La Europa opaca de las finanzas" y "Los paraísos fiscales", Hernández Vigueras considera que no se ha avanzado desde abril en el tema y abriga pocas esperanzas para la cumbre de Pittsburgh. Este es su diálogo con BBC Mundo.

En la cumbre del G-20 se habló del final de los paraísos fiscales. Usted en su libro lo llama la "cortina de humo". ¿Por qué?

Permítame antes que subraye que efectivamente como usted dice “se habló”, pero no se acordó nada serio. En los documentos publicados no consta que en las reuniones del G-20 en Londres se planteara el final de los paraísos fiscales; eso lo anunciaron días antes muchos de los gobernantes y sobre todo fue la idea central de la campaña mediática que precedió a la reunión.

Como también, tras la cumbre, dijeron todos que se había acabado el secreto bancario, aunque no habían tomado ninguna medida para lograrlo, nada más que incluir una simple frase en la declaración oficial.

Como analizo en mi libro, el asunto de los centros financieros "offshore" o, para no residentes, los llamados paraísos fiscales, ha funcionado antes y después de Londres como una cortina de humo para ocultar la incapacidad de los gobernantes del G-20 para acordar alguna medida concreta para la regulación de los mercados financieros globales.

En su libro usted señala que se identifica a los paraísos fiscales con el blanqueo de dinero negro y el fraude fiscal, pero no se revela su papel en la arquitectura financiera global.

Así es. Es fácil observar que las menciones a los paraísos fiscales en los grandes medios de comunicación casi siempre los relacionan con su intervención en asuntos delictivos, sea como camino del dinero del narcotráfico o de “las mordidas”, el fraude fiscal, etc.

Sin embargo esos mismos medios, cuando mencionan a los fondos de alto riesgo o hedge funds o detallan las grandes fusiones o adquisiciones de empresas, omiten o eluden mencionar que en esas operaciones ha intervenido de modo opaco una filial domiciliada en paraísos fiscales. Lo mismo en casos de quiebras de bancos o los rescates de algún banco con dinero de los contribuyentes: rara vez han hecho mención a las sociedades instrumentales o las filiales bancarias con las que operaban y que estaban domiciliadas en islas del Canal o del Caribe o Liechtenstein.

Nos podría dar un ejemplo específico del funcionamiento de estos paraísos fiscales en la arquitectura financiera global.

Tras el colapso de los títulos respaldados por las hipotecas "subprime" a mediados de 2007, se produjo la quiebra de dos "hedge funds" o fondos de inversión de alto riesgo, propiedad del banco Bear Stearns, el entonces quinto banco de inversiones del mundo que luego fue rescatado con el apoyo de la Reserva Federal.

Esos fondos eran simplemente dos "letterbox companies". Es decir, dos compañías materializadas por un simple buzón de correos en las islas Caimán, a los que se les concedían préstamos apalancados, es decir, con un endeudamiento superior a su capital, para que especularan con valores respaldados por las hipotecas estadounidenses sin garantías.

Es lo que se ha llamado la "banca en la sombra"

Esta banca en la sombra sigue gozando de muy buena salud y tiene su base en sociedades y entidades domiciliadas en paraísos fiscales con secreto bancario, mínima o nula regulación e impuestos. Lo de banca no se refiere a que tengan depósitos de ahorradores sino que actúan como operadores financieros que es el negocio actual de los bancos.

Con el respaldo de la banca matriz, la entidad en el paraíso fiscal recaudaba dinero mediante préstamos desorbitados y emitiendo y vendiendo bonos a corto plazo. Y con el dinero recaudado compraba activos financieros, valores en los mercados globales como fueron los títulos respaldados por las hipotecas sin garantías, "subprime", de EE.UU. y otros valores que vencían a largo plazo.

Al caerse el mercado de los valores subprimes, surgió la desconfianza y las restricciones de crédito entre los propios bancos. Y al caerse el negocio, fueron quebrando esas entidades "offshore" y los grandes bancos de inversiones tuvieron que asumir las pérdidas que en muchos casos superaban su capital social.

¿Cómo afecta esta temática a los países latinoamericanos?

En primer lugar, la crisis financiera ha traído la recesión económica global con paro, cierres de empresas y pérdidas del pequeño ahorro, sobre todo. Y las restricciones de crédito se acusan más en los países menos desarrollados, que son los más necesitados de capital productivo.

Las transacciones internacionales de capitales, que siguen produciéndose sin regulación ni supervisión, favorecen a los paraísos fiscales y perjudican a los países más pobres.

Con la intermediación de los paraísos fiscales, el dinero que sale de los países en desarrollo corresponde aproximadamente a diez veces la ayuda al desarrollo que reciben.

Hace años el economista francés Francois Chesnais, en su estudio sobre los problemas económicos de Argentina, aseguraba que las fortunas del país que no estaban invertidas en Wall Street se invertían en la propia deuda externa del Estado argentino vía bancos y sociedades instrumentales registradas en islas del Caribe. En mi libro sobre los paraísos fiscales europeos “La Europa opaca de las finanzas”, aporto datos del FMI que muestran que la Isla de Montserrat era un refugio del dinero latinoamericano. Por no mencionar de las facilidades que ofrecen para la corrupción de funcionarios y los gobiernos.

¿Espera algún movimiento en este terreno durante la cumbre del G-20?

Hasta el momento nada indica que el G-20 en Pittsburg se vaya a hablar de paraísos fiscales. Como nadie con proyección pública protesta, la cosa marcha. Y la resolución de los problemas económicos tiene ocupados a los gobiernos democráticos, que se están olvidando de donde vino la crisis.