Fin sin final en Sri Lanka
- Redacción
- BBC Mundo

Quienes escapan llegan con historias del horror que les ha tocado vivir.
El gobierno de Sri Lanka declaró que concluyeron sus operaciones de combate contra los rebeldes Tigres Tamiles en el norte de la isla.
Aunque un anuncio de esta categoría en medio de un conflicto tan feroz suele producir alivio, en este caso causó confusión e inquietud.
Por un lado, las autoridades ceilandesas aclararon que la guerra aún no ha terminado y que no estaba declarando un cese el fuego.
En el comunicado, el gobierno explicó que lo que hizo fue instruir a sus fuerzas a suspender el uso de armas de alto calibre y de aviones de combate, pues le preocupaba la posibilidad de que más civiles resultaran heridos en el combate.
El problema es que durante las semanas recientes este mismo gobierno había negado consistentemente que estaba utilizando ese tipo de armas en sus ataques, por esa misma razón.
Así que para muchos, entre ellos Naciones Unidas, este anuncio es una admisión explícita de que estaba haciendo todo lo contrario.
Y en un lugar en el que la vida de entre 50.000 y 100.000 civiles -según cifras de la ONU- está en peligro mortal, y donde ha sido imposible verificar cualquier tipo de información, el anuncio del fin del uso de armas que se había dicho no se estaban usando produce en la comunidad internacional tanta preocupación como alivio.
No se sabe, pero se teme
No obstante, el comunicado gubernamental también marca un cambio de estrategia, asegura Jill McGivering, de la BBC en Sri Lanka.
Es quizás, señala, una respuesta a las exigencias internacionales de que cumpla con las leyes humanitarias y proteja a los civiles.
Durante las semanas en las que las fuerzas gubernamentales ceilandesas y los rebeldes han estado enfrentados en el último bastión de los Tigres Tamiles, que abarca doce kilómetros cuadrados en el norte del país, decenas de miles de civiles han huido de la zona de combate.
Con ellos ha salido también del encierro la evidencia tanto de las heridas físicas como del horror que han tenido que soportar.
Informes recibidos en los últimos dos días que hablan de fuertes bombardeos hacen que se tema que la situación de los que siguen atrapados se haya deteriorado aún más.
Hasta el momento, la presión internacional no parece haber tenido el efecto deseado: los llamados al gobierno para que declare otro cese el fuego han sido descartados y los rebeldes Tigres Tamiles se rehúsan a rendirse.
Hasta terminar

El gobierno atribuye la presión internacional al lobby de los rebeldes.
La prioridad del gobierno es clara: quiere continuar con su ofensiva y destrozar a los rebeldes.
Además, afianzar su control del norte de la isla-nación, declarar la victoria y ponerle fin a este conflicto de larga data, al menos en su expresión actual.
Cualquier cese el fuego, dice, sólo le daría a los rebeldes una oportunidad para reforzar sus defensas.
La presión de la comunidad internacional, considera, es el resultado del cabildeo de los rebeldes en el extranjero.
En varias capitales del mundo desarrollado ha habido manifestaciones de tamiles e incluso huelgas de hambre para reclamar el fin de la violencia.