Análisis: sin solución a la vista
- Jonathan Marcus
- BBC

Corea del Norte insiste en que tiene derecho a desarrollar un programa nuclear.
El segundo ensayo nuclear de Corea del Norte plantea un complejo desafío para Estados Unidos y sus aliados, como Corea del Sur y Japón, que aún no han encontrado la forma de lidiar con lo que consideran una profundización en la conducta beligerante de ese país.
En abril, las críticas del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a las pruebas norcoreanas provocaron la retirada de Pyongyang de las conversaciones internacionales a seis bandas, destinadas a poner coto a sus actividades nucleares.
Corea del Norte anunció que se retiraba de las negociaciones para siempre; luego, expulsó a los inspectores nucleares internacionales y anunció que volvería a poner en funcionamiento sus establecimientos nucleares, que había comenzado a desmantelar como parte del proceso de negociación.
Ahora, las autoridades parecen haber dado un paso más en su carrera nuclear con la puesta en práctica de su segunda prueba nuclear.
Sin solución a la vista
Este ejercicio despierta interrogantes técnicos así como diplomáticos.
¿Cuán exitosa fue la prueba? El primer ensayo llevado a cabo en octubre de 2006 fue considerado por los expertos estadounidenses como de menor calibre en relación a lo que afirmaba Corea del Norte.
Tras este último test los expertos analizarán toda la información disponible para evaluar qué capacidad de desarrollo tiene Pyongyang.
Pero el desafío más grande es en el campo diplomático: ¿cómo responderán EE.UU. y sus aliados?
El presidente de EE.UU., Barack Obama, afirmó que las acciones de Corea del Norte tenían como fin desafiar directamente a la comunidad internacional.
Si bien la primera prueba nuclear tuvo lugar antes de que Corea del Norte se sumara a la ronda de conversaciones, el contexto en el que se produce el segundo ensayo es muy distinto.
Dado el aislamiento en el que está sumido Pyongyang las herramientas disponibles para frenar su comportamiento son limitadas.
Mucho dependerá de la respuesta de China, pero con la fijación que las autoridades norcoreanas parecen tener en sus propios asuntos internos, ésta es un crisis diplomática para la cual no hay una solución obvia.