Una “niuyorrican” al Supremo

  • Carlos Chirinos
  • BBC Mundo, Washington
Sonia Sotomayor con el presidente Barack Obama
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La nominación de Sotomayor parece reflejar el crecimiento en número y peso de la comunidad hispana.

El presidente Barack Obama "mató dos pájaros de un solo tiro" y dejó contentos tanto a quienes quieren ver un hispano en la Corte Suprema de Justicia como a los que pedían reforzar la presencia femenina en el máximo tribunal.

Con la postulación de Sonia Sotomayor para sustituir a David Souter en la Corte Suprema el presidente Barack Obama cubrió dos de los requisitos que muchos esperaban del nuevo magistrado.

En la primera candidata al Supremo que le toca postular a un presidente demócrata en quince años parece reflejarse cómo ha crecido en número y en peso político la comunidad hispana a lo largo de ese tiempo.

"Es muy importante que la Corte Suprema refleje la sociedad estadounidense y que tenga todas las perspectivas que existen en esta sociedad que es muy diversa", le aseguró a BBC Mundo Ramona Romero, presidenta del Colegio Nacional de Abogados Hispanos.

"Los latinos y las mujeres somos parte de la nación y nuestra perspectiva debe formar parte del debate entre los jueces de la Corte para que así la jurisprudencia de Estados Unidos sea mucho más fuerte", dijo Romero.

En el nuevo mapa cultural y político estadounidense la "hispanidad" de Sotomoayor será un factor a tomar en cuenta cuando empiece el proceso de confirmación en el Senado.

Octubre como meta

Al anunciar su decisión este martes el presidente Obama dijo esperar que su candidata reciba el visto bueno parlamentario antes de octubre, cuando la Corte retoma sus funciones.

Eso implicaría que el Comité Judicial del Senado deberá empezar sus audiencias antes del receso de verano para someter luego la postulación a votación del pleno de la Cámara.

Aunque no hay todavía una posición oficial del Partido Republicano, algunos de sus parlamentarios han asomado la posibilidad de emplear una estrategia de dilación o "filibuster" en caso de que decidan que Sotomayor es "demasiado liberal" o "demasiado activista" para ellos.

Se trata del tradicional pulso ideológico que se produce en torno a cada nominación a la Corte Suprema.

Los conservadores no quieren que los magistrados "legislen desde el estrado"; es decir, que anulen con sus sentencias las leyes producidas por el Parlamento.

Mientras tanto, los liberales esperan que la Constitución y las leyes sean interpretadas no con rigidez académica sino atendiendo las imposiciones de la vida cotidiana.

El presidente Obama, quien es abogado, ha dejado claro que se inclina por esta última posición aunque rechaza el concepto de que los jueces deben legislar sino que deben interpretar las leyes.

Sobre cómo su condición personal puede afectar sus decisiones judiciales Sotomayor dijo en 2002 en una conferencia en la Universidad de Berkley no saber "exactamente qué influencia tendrá" en sus juicios.

"Pero acepto que alguna tendrá en base a mi género y mi herencia latina", dijo Sotomayor.

Salvadora del béisbol

Aunque ambos bandos han empezado a pulir argumentos para el debate que viene, no se espera que Sotomayor altere demasiado el llamado balance ideológico de la Corte.

De hecho iría a sustituir a Souter, quien aunque era visto como una ficha conservadora cuando fue nombrado por George Bush padre como magistrado terminó siendo considerado liberal en muchas de sus decisiones.

Además, ya en el pasado Sotomayor ha contado con el apoyo bipartidista. En 1992 fue nombrada jueza federal por el presidente republicano George Bush padre y luego en 1997 fue nombrada jueza de apelaciones por el demócrata Bill Clinton.

Pero quizá sea la historia personal y profesional de Sotomayor lo que resulte más atractiva para muchos ciudadanos estadounidenses.

Al presentarla como su candidata, el presidente Obama recordó como ella en 1995 "salvó el béisbol", el deporte nacional de EE.UU, con una decisión que favoreció a los jugadores en su demanda contra los dueños de equipos.

"En una decisión que aparentemente le tomó 15 minutos anunciar, una rapidez que fue muy apreciada por los fanáticos de todas partes, la jueza Sotomayor puso fin a la huelga. Algunos dicen que la jueza Sotomayor salvó el béisbol", dijo Obama.

El comentario puede parecer casual e irrelevante pero da una idea de cómo el presidente quiere "humanizar" a los miembros de la Corte, un grupo que goza de amplio respeto entre los estadounidenses, aunque algunos puedan cuestionar lo que consideran su "aislamiento académico".

Sotomayor tiene experiencia como jueza, como abogada en el ejercicio privado y como fiscal de distrito de Nueva York, lo que le otorga amplio conocimiento del mundo legal y su interacción con la "vida real".

Como le dijo un portavoz de la Casa Blanca a BBC Mundo "se trata de la persona con mayor experiencia en cortes nombrada en los últimos años".

"Niuyorrican" del Bronx

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En sus tiempos de estudiante fue becada en las mejores universidades estadounidenses.

Pero más difícil sería para sus eventuales detractores superar la importancia simbólica de la historia personal de Sotomayor, quien en varias ocasiones se ha definido como "niuyorrican", es decir, puertorriqueña de Nueva York.

Sotomayor es hija de inmigrantes pobres establecidos en el Bronx; padece de diabetes desde los 8 años y logró ser becada en las mejores universidades estadounidenses, una vida que toca la fibra de casi cualquier estadounidense.

"Una historia personal muy atractiva en el sentido de que pertenece a una familia modesta que mediante su fuerte trabajo consiguió avanzar en la sociedad estadounidense", le dijo a BBC Mundo Ramora Romero, presidenta del Colegio Nacional de Abogados Hispanos.

"Si miras su historia educativa, su experiencia y sus decisiones legales no hay motivos para oponerse a su nombramiento", señaló Romero, quien consideró que cualquier eventual oposición sería "puramente política".

Algunos comentaristas políticos aseguran que sería peligroso para los republicanos obstaculizar demasiado la confirmación de Sotomayor, ya que podría alejarlos de la comunidad hispana, el grupo de mayor crecimiento en el país.

Si la confirmación de Sotomayor dependiera de una votación personal sería fácil imaginar que sería aprobada, ya que al fin y al cabo ella estaría siendo presentada por la Casa Blanca como la personificación del llamado "sueño americano".

Decir que un voto contra Sotomayor sería un voto contra ese sueño sería riesgoso. Puede haber muchos argumentos legales para no respaldarla.

Pero políticamente podría ser más arriesgado oponerse a un miembro de una minoría que ha logrado salir del Bronx para llegar a la cúspide del sistema judicial estadounidense.