América Latina mira hacia Irán
- Redacción
- BBC Mundo

El conservador Mahmud Ahmadinejad y el reformista Mir Hosein Musavi son los candidatos principales.
Con la llegada de Mahmoud Ahmadinejad a la presidencia de Irán en 2005, América Latina se convirtió en una región clave para la política exterior iraní. Esta semana, el mundo está pendiente de las elecciones iraníes. Su resultado también puede influir en la región.
En los últimos años, Irán encontró en Latinoamérica algunos de sus más fieles aliados. "Hay razones relacionadas tanto con las convicciones personales que pueda tener el presidente Ahmadinejad, como con el entorno geopolítico. De alguna manera, en los países latinoamericanos de tendencia izquierdista o socialista ha encontrado que el enemigo de mi enemigo es mi amigo", comenta a BBC Mundo desde Teherán Ángeles Espinosa, corresponsal en Irán del diario El País de Madrid.
Hasta ese momento, América Latina había visto en Irán un país lejano, ajeno a los aliados tradicionales de la región. Únicamente Cuba, que reconoció a la República Islámica desde su nacimiento en 1979, y Venezuela, cofundadora junto a Irán de la OPEP, tenían una relación fluida con el país asiático.
En Argentina, uno de los primeros países de la región en tener delegación diplomática en Teherán, las relaciones con Irán están marcadas por el caso AMIA, la explosión que mató a 85 personas en el centro comunitario judío de Buenos Aires en 1994. La justicia argentina responsabilizó a ex funcionarios iraníes de la autoría intelectual del crimen, que atribuyen al grupo islámico Hezbolá.
Puerta de entrada

En 2008, Irán ocupó el tercer puesto en inversión extranjera directa en Venezuela.
En sólo cuatro años, Venezuela se convirtió en la puerta de entrada de Irán a la región, tanto diplomática como física. Un vuelo directo operado por Conviasa une semanalmente Caracas con Teherán.
Desde la elección de Hugo Chávez en 1999, el mandatario venezolano ha visitado el país asiático siete veces y se ha reunido con su homólogo iraní, Mahmoud Ahmadinejad, en once ocasiones. Como gesto simbólico, en 2007, Irán solicitó participar como miembro observador en la Alternativa Bolivariana para las Américas, ALBA.
Este acercamiento ha llevado a la firma de alrededor de 150 acuerdos comerciales y de inversión valorados en 20 mil millones de dólares. "Se ha creado una compañía conjunta para la explotación del gas y el petróleo, que han prometido llegar a capitalizar con mil millones de dólares", apunta Espinosa.
En 2007, según la Organización Mundial de Comercio, Irán no figuraba entre los cinco principales socios comerciales de ningún país latinoamericano. El último informe de la Comisión Económica para América Latina de las Naciones Unidas muestra que, en 2008, Irán fue el tercer inversor extranjero directo en Venezuela.
Más allá de Venezuela
Bajo los auspicios del presidente Chávez, Teherán mejoró sus relaciones con otros países, especialmente Nicaragua, Bolivia y Ecuador.
En la embajada de Irán en Managua, abierta en 2007, trabajan unas 40 personas y la República Islámica podría convertirse en uno de los principales socios financieros en la construcción de un puerto en la costa atlántica nicaragüense.
En Bolivia, Irán y Venezuela invirtieron US$230 millones en una cementera y el gobierno de Ahmadinejad construyó dos hospitales. Evo Morales, presidente de Bolivia, visitó Teherán en septiembre de 2008.
Poco después, en diciembre, el presidente de Ecuador, Rafael Correa también viajó a Irán, donde firmó 12 acuerdos para promover la cooperación bilateral. En febrero de este año, Irán inauguró su embajada en Quito.
Desde Estados Unidos, la influencia iraní en América Latina se mira con preocupación. "Si se observa las ganancias, particularmente en América Latina, que Irán y China obtuvieron, es francamente perturbador", afirmó la secretaria de Estado de los Estados Unidos, Hillary Clinton el pasado mayo.
¿Un viaje de ida y vuelta?
"Claramente hay un interés económico. Estos países latinoamericanos han buscado en Irán capital, fondos y ayuda económica para proyectos de desarrollo", asegura Angeles Espinosa.
"La posibilidad de contar con nuevos aliados y nuevos apoyos en la escena internacional y en organismos multilaterales, es quizá la razón principal de este acercamiento iraní a Latinoamérica. La principal motivación es política. (...) Entre otras cosas porque el acercamiento a Irán implica necesariamente la bendición del programa nuclear iraní", señala a BBC Mundo Carlos Malamud, investigador principal para América Latina del Real Instituto Elcano de Madrid.
América Latina ganó presencia en los medios de comunicación iraníes en los últimos tiempos. "Los intercambios diplomáticos y comerciales se han publicitado muchísimo aquí porque el presidente Ahmadinejad ha puesto intención en subrayar esas alianzas", observa Ángeles Espinosa.
"Se ha notado también un interés mayor por aprender español en las universidades iraníes porque de repente ha habido una necesidad de muchos traductores, de personas que conozcan el idioma. Pero la cultura popular oficial en Irán está a años luz de la cultura popular de los países latinoamericanos", añade.
Unas elecciones claves
A las puertas de las elecciones iraníes, una de las cuestiones de fondo es comprobar la estabilidad de los vínculos entre Irán y América Latina, más allá de las buenas relaciones personales entre algunos líderes latinoamericanos y Ahmadinejad.
"Esta relación no se basa en intereses permanentes o en el desarrollo de programas serios y a largo plazo, sino que se basa en cuestiones coyunturales", destaca Carlos Malamud.
"Evidentemente lo que se ha construido estos años, sobre todo lo que tiene un fundamento económico, probablemente se mantenga y persista, pero va a cambiar el envoltorio y la forma de abordarlo", comenta Ángeles Espinosa.