No sólo los ocho, en la cumbre del G-8
- Redacción
- BBC Mundo
El tema de la crisis financiera global volverá a ser el eje central de la cumbre del G-8 que se realiza este miércoles en el pueblo italiano de L'Aquila, y que contará con la participación de más jefes de estado que en ninguna otra reunión de su tipo.

La cumbre se lleva a cabo en el pueblo italiano de L'Aquila, que fue devastado por un terremoto.
Aunque las decisiones estarán concentradas en los países más ricos que forman parte del organismo, el primer ministro italiano Silvio Berlusconi señaló que, por primera vez, en la cumbre estarán presentes más de 40 países, así como representantes de organizaciones internacionales.
Además de los emergentes tradicionalmente invitados a la cumbre como Brasil, China, India y México, también asistirán jefes de estado de varios países africanos, como Egipto y Nigeria, y europeos como España, Suecia, Dinamarca y Holanda.
Ésta podría ser la primera señal de un cambio en las cumbres del G-8, tal como sugirió en días pasados la canciller alemana, Angela Merkel. "La cumbre en L'Aquila pondrá en claro que el formato que han seguido las cumbres del G-8 ya no es adecuado", destacó Merkel.
"Los problemas que en enfrenta el mundo no pueden ser solucionados únicamente por los países industrializados. Creo que la fórmula adoptada por el G-20 (que incluye a los países ricos y a naciones emergentes) es la adecuada para la toma de decisiones", señaló.
El corresponsal de asuntos económicos de la BBC, Stephen Schifferes, destaca que esto podría llevar a un cambio permanente en la dinámica de estas cumbres, siguiendo la tendencia marcada por la cumbre del G-20 en abril pasado.
Reforma global
Cómo responder a la crisis financiera global, será la pregunta clave que se plantearán los jefes de estado.
Y pese a que las medidas concretas al respecto tendrán que esperar a la próxima reunión del G-20 programada para septiembre próximo, son principalmente los países ricos reunidos en el G-8 -Estados Unidos, Francia, el Reino Unido, Italia, Alemania, Canadá y Japón- los que tienen la última palabra sobre en qué consistiría la nueva arquitectura financiera internacional.
"Para la reforma de las instituciones financieras, como el Fondo Monetario Internacional por ejemplo, realmente los que tienen que ponerse de acuerdo en reducir ciertas cuotas de poder son los países ricos", señaló a BBC Mundo, Federico Steinberg, economista jefe del Real Instituto Elcano de Madrid.
Y es en este frente, según Steinberg, donde podrían producirse algunos avances en el marco de esta cumbre.
En la agenda se contemplan planes para reformar la banca internacional, a fin de evitar una nueva crisis financiera, y más medidas para limpiar los activos tóxicos o deudas incobrables.
Por otra parte, se espera que Estados Unidos presione a los países europeos para que adopten más paquetes de estímulo fiscal, particularmente en 2010 cuando la recesión podría ser mayor en Europa que en Estados Unidos.
El corresponsal de temas económicos de la BBC Stephen Schifferes, destaca que la cumbre también podría apuntar a fortalecer la nueva Junta de Estabilidad Económica, creada en la reunión del G-20 en abril pasado, que se encarga de monitorear potenciales riesgos en la economía mundial.
"Y es muy probable que también se produzca una vigorosa discusión sobre cómo reducir los masivos déficits presupuestarios que enfrentan los gobiernos, como resultado de la crisis", señala Stephen Schifferes.
Cuentas pendientes
Uno de los dilemas que enfrentan los gobiernos es cómo reducir sus déficits y al mismo tiempo cumplir con sus promesas de ayuda al desarrollo.
Éste será un punto clave de la agenda del G-8, sobre todo porque desde ya una serie de gobiernos y organizaciones no gubernamentales le están pasando factura a los países ricos por incumplir las metas acordadas durante la cumbre de Gleneagles en Escocia, en 2005.
Cuatro años atrás, los líderes del G-8 se comprometieron a duplicar la ayuda a África para el año 2010. Sin embargo, un informe reciente de la organización ONE, liderada por las estrellas de rock Bob Geldof y Bono, señala que los fondos gubernamentales para la ayuda están disminuyendo en todo el mundo.

La ayuda a África figura como un punto clave de la agenda.
A ese ritmo -destaca el informe- estos países no habrán destinado en 2010 ni una tercera parte del dinero prometido. Los gobiernos de Italia y Francia han sido particularmente criticados por incumplir sus promesas al respecto.
La organización de ayuda internacional Action Aid señala que, hasta el momento, sólo se han desembolsado US$5 mil millones de los US$10 mil millones prometidos en respuesta a la crisis de alimentos, en la última reunión del G-8 en julio de 2008.
Y esto en un momento en que, según Action Aid serán necesarios más recursos, ya que 200 millones de personas más han caído en la pobreza extrema como resultado de la crisis global.
En el marco de la cumbre de este miércoles, se espera que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anuncie una iniciativa para promover el desarrollo agrícola y prevenir el hambre en África, según el corresponsal de la BBC Stephen Schifferes.
La iniciativa involucraría fondos de entre US$3 mil y US$5 mil millones.
Cambio climático
Los líderes del G-8 también tienen un ojo puesto en la cumbre de Copenhagen de diciembre próximo, que discutirá un nuevo tratado para sustituir el acuerdo de Kyoto, que expira en 2012.
El objetivo principal de las negociaciones es lograr un compromiso que incluya a economías emergentes como China e India, así como a Estados Unidos.
El gobierno de Obama ha adoptado una línea mucho más favorable a un acuerdo que su predecesor George W. Bush.
No obstante, el proyecto de ley sobre cambio climático fue modificado en el Congreso estadounidense y ahora contempla apenas una meta de 17% de reducción de las emisiones para el año 2020, tomando como base las emisiones del año 2005, y no las del año 1990 como establece el acuerdo de Kyoto.
El año pasado los líderes del G-8 acordaron reducir en un 50% las emisiones de gases para el año 2050. Sin embargo, destacaron que cualquier compromiso al respecto es "un objetivo para el mundo entero".
Esto ha sido interpretado como una respuesta a los reparos de Estados Unidos de que economías emergentes y países desarrollados deben también formar parte del acuerdo post-kyoto.
Se espera que los líderes del G-8, se pronuncien respecto al tema, aunque no se prevé que lleguen a un acuerdo firme al respecto.
Como dijo a la BBC Federico Steinberg, del Real Instituto Elcano de Madrid, tampoco respecto a este tema se esperan comunicados de sustancia. Al parecer el éxito del encuentro de este miércoles será juzgado en función de hasta qué punto prepara el terreno para dos encuentros claves en los próximos meses: la cumbre del G-20 de septiembre próximo, y la de Copenhagen sobre medio ambiente, en diciembre próximo.