La ruptura de la represa Córrego do Feijão desencadenó el viernes un alud de aguas residuales que dejó hasta el momento un saldo de al menos 58 muertos y más de 300 desaparecidos.
Desde el sábado, cientos de personas se encuentran en la ciudad de Brumadinho (Estado de Minas Gerais, Brasil) en busca de información sobre sus familiares.